Tras el derrumbe del
castillo de naipes progresista
VAMOS HACIA UN NUEVO
CICLO DE LUCHAS SOCIALES
El inédito triunfo
electoral de los dueños del país
(acostumbrados a
irrumpir fragoteando)
En primera instancia, convengamos
que - más allá de la composición específica de las opciones enfrentadas en el
ballotage y de ciertos matices discursivos - el domingo 22 de noviembre de 2015
no se libró una contienda entre el pueblo y la oligarquía, sino entre dos
alternativas de sustentabilidad del capitalismo global en Argentina.
Si bien la
tendencia general preveía el resultado en cuestión, vale la pena destacar que prácticamente por primera vez desde la
fundación de la República Argentina sobre la sangre del indio y el criollo,
derramada por la fusilería británica del patriciado local, los oscuros mentores
que se ocultan tras la colorida suelta de globos musicalizada con Gilda a la
que nos viene acostumbrando la alianza Cambiemos, no ganaban apelando a las
reglas de juego democráticas prescriptas en su propia Constitución (1853)
Sin embargo,
no hace falta remontarse al Siglo XIX para pasar en limpio con nombre y
apellido a qué intereses rapaces nos estamos refiriendo. Según reveló no hace
demasiado tiempo el diario Bae Negocios, en marzo del año que culmina 70
empresarios se reunieron discretamente en Bariloche a los efectos de consensuar
probables cursos de acción. Entre ellos, Urbano
Ratazzi; Juan Pablo Bagó; Santiago Blaquier; Nicolás Braun (hijo del dueño de La Anónima); Alejandro, Patricio, Juan Martín y Marcos Bulgheroni; Eduardo Elsztain;
los creadores de Olx.com y DeRemate.com; también el propietario de
mercardolibre.com; Gustavo Grobocopatel;
y Luis Pescarmona; entre otros.
Los participantes del encuentro, "exponentes de la nueva
generación de patrones y el puñado de padres que los acompañaron",
debatieron con los intelectuales Tomás
Abraham y Luis Alberto Romero,
sobre los escenarios futuros, fundamentalmente el contexto electoral de 2015.
En paralelo, los padres de algunos presentes en el reservado
cónclave, y otros empresarios pagaron 50 mil pesos el cubierto para aportar en
La Rural a la campaña de Mauricio Macri.
El dato cobra
particular relevancia a los efectos de ir armando el damero de quiénes
manejarán los hilos de la mediocre marioneta ungida presidente por voluntad
popular (ǃ)
La gobernabilidad en
un país polarizado
Los
guarismos finales del reñido comicio (51,
41 % vs. 48,59%), si bien carentes de una composición cualitativamente homogénea,
describen un panorama políticamente repartido en ambas cámaras y, lo que
resulta potencialmente riesgoso, una sociedad significativamente desencontrada,
que - sin desmedro alguno de ciertas transformaciones culturales producidas
durante los últimos años - queda así al arbitrio del probable desmonte de
cuanta política se emparente con el ejercicio de la Justicia Social. Si a eso se suma la endeblez de la coalición triunfadora, que antes de
asumir ya sufrió la deserción de su candidato a cubrir la cartera de Justicia
debido a un magro reparto de cargos para la UCR, la impugnación de Lousteau a
la eventual remoción de Vanoli, y la permanencia en el llano de la imprevisible
Lilita (lista para ejercer como fiscal de sus propios aliados), digamos que en
materia de estabilidad institucional el panorama no tranquiliza.
Hacia el indulto de
la “corpo” (o Magnetto está de fiesta)
Sabido es que,
superados los Terrorismos de Estado del Siglo XX, la concentración económica y
mediática rige la vida cotidiana en las Sociedades del Control. Sobre la base -
consensuada entre quienes contra viento y marea no hemos renunciado al
pensamiento crítico - de que el kirchnerismo
representó la mascarada seudo progresista mediante la que se recicló el
capitalismo argentino, siendo su máxima capitulación la de no haber desmontado
el modelo sojero agroexportador y extractivista, y habida cuenta que el
cambio de signo en la administración del ejecutivo nacional previsiblemente
entierre la trajinada nueva Ley de Servicios Audiovisuales (frenada hasta hoy
con medidas cautelares), a la hora de
revisar ciertas mitologías sostenidas contra toda evidencia en contrario, se
impone recordar que el Decreto 527 del año 2005 promulgado por el gobierno que
inicia su retirada prorrogó por una década (!!) la licencia de los grandes
medios de comunicación, contribuyendo así a consolidar la concentración de los
mismos que - a la luz del panorama descripto - nos veremos sujetos a padecer
por bastante tiempo más.
De la ciencia en
manos de Monsanto a la energía en manos de Shell
En el “elenco estable” de la política vernácula
casi no queda funcionario que resista los archivos. Pero, a la hora de dimensionar
qué intereses vienen disputándose la Nación argentina de un tiempo a esta
parte, bastan un par de ejemplos emblemáticos para echar luz sobre el particular:
El Ministro de Ciencia y Tecnología Lino Barañao - encumbrado por la
gestión que culmina su mandato y ensalzado por la vicepresidenta electa (!!!) -
participó en 2004 de la elaboración del “Plan Estratégico 2005-2015 para el
Desarrollo de la Biotecnología Agropecuaria” que el entonces Ministerio de
Economía de Kirchner redactó a la medida de corporaciones como Advanta, Bayer, Nidera, Syngenta y Monsanto. La alquimia transgénica ha tenido rutilantes fracasos
como la clonada oveja Dolly, “creada” en 1997 y sacrificada en 2003 con signos
evidentes de envejecimiento prematuro. Asimismo, los cultivos transgénicos han
ocasionado (y siguen ocasionando) severos impactos ecológicos, ambientales y
socioeconómicos que obligan a las multinacionales de los agronegocios a
destinar una parte de sus ingentes ganancias a una profusa propaganda en los
medios, al soborno de funcionarios y a la cooptación de científicos.
El candidato a ocupar
la cartera de energía, Juan José Aranguren,
ex ejecutivo de la empresa holando-británica Shell, es conocido en círculos políticos por su proverbial desprecio
hacia la soberanía energética de los argentinos, y en repetidas ocasiones ha
manifestado su pretensión de que los ciudadanos paguen la nafta, la energía
eléctrica a valores internacionales, en relación al precio del dólar y no de
los costos argentinos.
Datos como los
expuestos arriba resultan insoslayables si realmente se pretende encarar la
defensa de los intereses nacionales contra el asedio del capital monopólico.
La filosofía procesista
de la “Memoria Completa”
Después
de mucho tiempo vuelvo a tener esperanzas!
Cecilia
Pando (@ceciliapando) octubre 26, 2015
En 2004, una investigación del
portal Indymedia ubicó a la organización Argentinos
por la Memoria Completa, detrás de una ola de intimidaciones por mail a periodistas e integrantes de organismos de derechos humanos.
Desde el comienzo de los juicios por crímenes de lesa humanidad, participaron
en cuanto acto por la reivindicación del terrorismo de Estado hubo. La posibilidad de tejer un sistema de alianzas, que por ahora
no va más allá de una adhesión simbólica o de la presencia de algún político
reconocible en algún acto de Memoria Completa, ha llevado a un aggiornamiento
de la manera en que sus textos organizan el material ideológico. Un libro de
Etchecolatz escrito con llamativo descuido, incluye connotaciones sobre las que
vale la pena detenerse: "No luchamos
para quitar vidas, sino para desterrar un mal que quería someterla (supuestamente
se refiere a la Patria) a la opresión,
para desechar una implementación ideológica jamás aceptada por los argentinos o
una sutil intención de desvirtuar nuestra identidad Cristiana. Porque no nos
gusta la intromisión de insectos foráneos". El "argumento"
remite a una prosapia de larga data inaugurada en la segunda mitad del siglo
XIX por el positivismo con su sistema de metáforas médicas para describir el
funcionamiento social: organismos, anticuerpos, curas radicales, las cirugías
sin anestesia que poblaron los discursos de Menem. Según esta perspectiva, que
fue hegemónica durante el Proceso y que aparecía de manera persistente en la
publicidad oficial, la subversión era una invasión de ideas e idiosincrasias
foráneas y ajenas al sentir de los argentinos. Etchecolatz se inscribe
claramente dentro de esa línea y sus acciones se describen como una guerra
santa, en la que se defendía a la vez la cruz y la bandera. En las
últimas horas, el escrache perpetrado contra la Mansión Seré así como la
editorial del diario oligárquico La Nación (que ilustra esta nota), permiten
aventurar que si esta “derecha cool” no
arremete drásticamente contra las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, acaso
tome letra de sus viejos aliados procesistas a la hora de complementar
homenajes póstumos, monumentos y museos con la gradual inclusión de los “crímenes
de lesa humanidad” supuestamente perpetrados por el ERP o Montoneros,
circunstancia que amerita hacerse cargo de complejizar y profundizar un debate
estancado sobre los enfrentamientos de los años 70s. Y si ha ratificado la continuidad de los Juicios de la Verdad, lejos de
tratarse de un arrebato progresista, tal gesto obedece a que la alianza entre represores y
oligarquía vernácula se quebró tiempo ha, cuando algunos uniformados comenzaron
a romper el pacto de silencio con sus sponsors de otrora. En todo caso, lo más
complicado ahora será sentar en el banquillo a los financistas del genocidio.
El frente regional
conservador
La presencia en los
festejos de Cambiemos de la esposa del golpista venezolano Leopoldo López constituye el grosero adelanto de lo que habrá de
ser la política de alianzas continentales de la fuerza presta a ocupar la Casa
Rosada, acostumbrada a fomentar el padrinazgo de Vargas Llosa o de Aznar en
cónclaves que habrán de producirse cada vez con mayor asiduidad, como
habilita a presumirlo la primer
conferencia de prensa del presidente electo, que ya señaló al golpista
paraguayo Cartés y al sucesor de Uribe en Colombia como algunos de sus
interlocutores predilectos.
El nuevo gremialismo
de base
y la perspectiva de
reunificación de las centrales obreras
al calor de la lucha
social
Sin embargo, en las
catacumbas del devenir partidocrático no sólo se mueven intereses
conservadores. Nuevas camadas de dirigentes y delegados están comenzando a
consolidarse en el mapa sindical y producen transformaciones para seguir de
cerca, como los metrodelegados del subte, que lograron conformar un sindicato
propio con reconocimiento oficial, o el de los ferroviarios de la línea
Sarmiento, que se convirtieron en referentes del gremialismo combativo. La
mayoría proviene de esa izquierda que nunca pudo disputarle seriamente al
peronismo el predominio en el movimiento obrero, pero los que se consolidan y
tienen mayor respaldo de sus bases son precisamente los que se alejan de cierta
práctica sectaria que caracterizó a algunas agrupaciones del tronco
marxista-leninista-trotskista, y hoy no reniegan de aliarse con sectores
peronistas, predican la unidad de la CGT, critican la atomización de los
sindicatos y no atan su estrategia a la línea política de ningún partido. Basta
con salir a la calle para saber que las medidas de fuerza se multiplican en
sectores clave, sobre todo en el transporte, porque allí hay cuerpos de
delegados indomables. Es decir, hay una sugestiva cantidad de medidas de fuerza
que fueron decididas sin ningún aval orgánico de quienes manejan los sindicatos.
Es el primer indicio de que existe una brecha entre los trabajadores y las
entidades que los representan.
Osvaldo Battistini,
sociólogo, profesor de la UBA e investigador del Conicet, afirma que "más que un fenómeno de burocratización, lo
que se produce es un distanciamiento muy grande entre esos trabajadores que cambiaron
y la identidad tradicional de los dirigentes sindicales". "El sindicato se sostiene igual, y esto tiene
que ver con la estructura legal y el aparato en sí mismo, pero - advierte - los trabajadores cambiaron y ellos no se
dieron cuenta".
La etapa parece
signada por trabajadores nuevos (Kraft,
Pepsico, Bonafide, Felfort) y
sindicatos viejos que no los necesitan para sobrevivir (apuntalados, además,
por elecciones tramposas y estatutos que desalientan todo tipo de oposición
interna). Allí, en ese caldo en que se cocinan hoy las tensiones del mundo
laboral, es donde la izquierda y sectores combativos independientes encuentran
el mejor escenario para multiplicarse.
¿Será capaz la mega devaluación que se avecina de
disminuir dicha brecha para avanzar hacia la imprescindible confluencia del
movimiento obrero organizado, condición más que vital para resistir semejante
ajuste?
¿Hacia la
reunificación del peronismo?
Y, en el contexto analizado,
¿volverá a verificarse la capacidad del peronismo para estrechar filas ante un
eventual embate gorila? ¿Será el de los gobernadores, el FPV, y el massismo el correlato aggiornado de los tres troncos
históricos: ortodoxo, progresista (que no ya revolucionario), y liberal?
Demasiados interrogantes para un campo popular que,
autocríticas mediante, seguramente requerirá refrescar sus mejores tradiciones
de lucha para recuperar las calles cerrando paso al avance de esta “simpática” oligarquía
reciclada al Siglo XXI.-
A mis hij@s, con profunda fe en la capacidad de sacrificio
y lucha del heroico pueblo argentino
JORGE FALCONE
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