REIVINDICANDO A MARÍA CLAUDIA
DESDE LA TRINCHERA CULTURAL
por Magali
Ante (estudiante de la UNdAv)
¿A qué
te dedicás? ¿Qué soñaste ser cuando eras chico?
Soy documentalista,
docente, y escritor.
Mi vocación
cinéfila data de la más tierna infancia. Me atrevería a decir que escogí ese
destino siendo muy pequeño, después de ver el “Gulliver” animado por Dave
Fleischer. Una vez leí una autodescripción del escritor romántico E.T.A. Hoffmann
con la que siempre me identifiqué. Decía “soy
como uno de esos niños nacidos en día domingo, que ven cosas negadas a los
demás niños”. Tal vez, como promesa, yo era así. Después vino la dictadura
y, procurando sobrevivir, me convertí en una suerte de ajedrecista de la vida y
de la muerte. A menudo te jugabas el pellejo en la decisión de hacia qué
esquina doblar.
Tu vida se vio golpeada por la desaparición forzada de tu
hermana María Claudia, ¿sentiste alguna vez la necesidad de actuar contra
quienes la desaparecieron? ¿Cómo pudiste salir adelante? ¿Cómo la recordás?
Durante la
dictadura oligárquico - militar genocida
- como tantos miembros de mi generación - estuve dispuesto a matar y
morir por un mejor destino para la
Patria. Pero, a riesgo de sonar demagógico, no recuerdo haber tenido un ánimo
revanchista en vigencia del orden constitucional.
Si mantuve la
cordura ante los embates represivos padecidos por mi familia nuclear, acaso
ocurrió porque me empeñé en historizar mi suerte y no vivir ese destino como un
“chas-chas en la cola” propinado al niño travieso, sino como consecuencia de
una gesta popular bicentenaria. Asumirme parte de tal continuidad me ayudó a
transitar del dolor al orgullo. Un reaccionario pensará que me inventé una
coartada para sobrevivir. Pero, de todo corazón, yo no encuentro diferencia
alguna entre mi hermana y la muchacha que en 1806 pudo haber arrojado agua
hirviendo contra el invasor británico. Más rudimentarias o más sofisticadas,
nuestro pueblo siempre enfrentó al coloniaje con las armas a su alcance.
Mi hermana era una
joven muy dulce. No sé si podría describirla desde una perspectiva general,
suelo hacerlo desde lo que significó para mí. Hasta conocer a la mujer con que
comparto la vida, fue mi principal interlocutora existencial. Éramos muy
confidentes. Cómplices, diría. Nos apoyábamos mucho a la hora de bancar los
derrapes de nuestros viejos. Compartíamos un humor bizarro que hoy compararía
con el de Diego Capussoto. Si hubiera que dedicarle un adjetivo capaz de
pintarla de cuerpo entero, sería altruista.
Entiendo
que María Claudia pertenecía a la organización peronista “Montoneros”, ¿cuál
era tu relación con la misma?
Es correcto,
militaba en su frente secundario a través de la UES. Yo hice lo propio a partir
de 1970, pasando por la FURN, la JUP, la JTP, y recalando finalmente en el Área
Federal de la organización político - militar, de la que - ya en democracia -
llegué a ser su Secretario de Prensa.
En tu opinión, ¿la bandera del kirchnerismo son
los derechos humanos?
La Presidenta de la Nación define su gestión como inscripta en un
“capitalismo en serio”. Personalmente entiendo que dicho sistema no sólo nunca
fue en broma, sino que es el más inhumano que ha existido, en tanto se basa en
el privilegio de unos pocos basado en la zozobra de muchos. Por ende, la
prédica oficialista en favor de los derechos humanos es parcial y retroactiva,
toda vez que se propone reparar los estragos perpetrados por la última
dictadura, pero disimula los que produce a diario esta matriz productiva
sojero-extractivista y su consecuente modelo de acumulación por desposesión, a
saber: gatillo fácil, niños fumigados con agrotóxicos, y poblaciones enteras
desalojadas por mandato de grandes corporaciones trasnacionales, sólo por
mencionar un puñado de ejemplos.
¿Qué opinás sobre el momento cuando Néstor bajó
el cuadro de Videla? ¿No crees que el modelo se contradijo nombrando a Milani
como Jefe del Ejército, estando sospechado de involucrarse con la última
dictadura?
Desde una perspectiva democrática resultaba inconcebible mantener
retratos de genocidas en la casa de gobierno o guarniciones militares, pero
estoy convencido de que bajar un cuadro dista de desarrollar una Política de
Defensa para la Nación Argentina, en el concierto de la Patria Grande. Por lo
demás, es un secreto a voces que - aún al cabo de una década supuestamente
ganada - en la mayoría de las comisarías se tortura a los detenidos y se
abandona a su suerte a las víctimas de violencia familiar.
Después de más de 30 años de un genocidio, los propios
organismos defensores de los DDHH se permiten hablar de “cómplices civiles” de
la dictadura, cuando en rigor de verdad ocurrió a la inversa: fueron los grupos
económicos más concentrados los que golpearon los cuarteles buscando aliados
para vender el país. Tales imprecisiones permiten a los dueños del poder mimetizarse y viajar cómodamente en los charters presidenciales. Al cabo no me extraña que militares sospechados de
colaboracionismo o tortura ocupen cargos de relevancia en el Estado.
Yendo hacia tu ámbito profesional, ¿qué opinás sobre la
Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual? ¿Cómo influye en tu trabajo como documentalista?
En principio
reivindico la metodología federal y participativa con que se debatió. Pero me
opongo decididamente a que su implementación conduzca a crear un monopolio
estatal de signo opuesto al privado hoy vigente. A su vez, me merecen reserva
los altos costos que insume a una importante franja de la radioteledifusión
comunitaria ajena a las políticas oficiales tramitar licencias para emitir
libremente.
El impacto que va
generando sobre la producción que más me incumbe consiste en la apertura
gradual de canales nacionales y regionales predispuestos a difundir cada vez
más material documental. Cabe destacar además que, por esta y otras causas, ese
tipo de producción viene dejando de considerarse “el patito feo” del
espectáculo audiovisual.
Al ver la fanpage
de tu nuevo documental “El Profeta”, advertí que aceptó financiamiento de todo
aquel que quisiera colaborar con su producción, ¿todos tus proyectos se
financian de igual manera? ¿Por qué?
Efectivamente,
arrancamos apelando al portal de financiamiento masivo Ideame, y más tarde
recaudamos mediante el sitio que mencionás (https://www.facebook.com/pages/El-Profeta-Un-documental-de-Jorge-Falcone/1418665248384894),
donde se puede ver un making off de
nuestro rodaje en Italia y un tráiler
del filme en cuestión, para dar fe de que no dilapidamos los aportes que nos
brindaron.
Hasta conocer a Germán
Doin, el autor del documental “La Educación Prohibida” - quien me recomendó
recurrir a este método - acostumbraba a financiar mis filmes exclusivamente solicitando
préstamos a los bancos que solventan mis ingresos como docente y como
trabajador estatal. Aún lo sigo haciendo, pero he diversificado los métodos.
La decisión de
autogestionarme estriba en que, si bien como contribuyente estaría en mi derecho
de reclamar subsidios al Estado, no es cierto que estos estén a disposición de
cualquiera. Y yo no soporto el tráfico de influencias ni verme limosnear ante
los administradores de dichos recursos. En
consecuencia, a coro con el “Juan Moreyra” de Leonardo Favio, pienso que “sobre
de mi, mi sombrero, que con ser ancho el mundo lo tengo bajo mis pies”.-
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