2015:
GATOPARDISMO A LA VISTA
Berni
aplica mano dura para disputar Buenos Aires por derecha
En el campo argentino hay un pasatiempo
consistente en revolear un hueso cuadrado de vaca (taba), apostando la suerte a
que caiga “cara o culo”. A la hora de aventurar el futuro inmediato de la Patria , en criollo se diría
que “la taba está girando en el aire”.
Pero – obviamente – se puede ser menos metafórico. Hoy los
candidatos a presidente que más cotizan son el intendente de Tigre, distrito
ubicado al norte de la Pcia.
de Bs. As. (Sergio Massa: peronista
liberal y aggiornado a la post modernidad política, que rompió públicamente con
el oficialismo y pretende liderar la oposición), y - casi cabeza a cabeza - el
gobernador bonaerense (Daniel Scioli:
peronista ortodoxo que a lo largo de una década soportó estoicamente todo tipo
de vejámenes de parte del oficialismo… sin romper) Como se ve, ambas opciones
prometen distintas variantes de regresión conservadora. Si la primera parecería
volcarse más hacia el republicanismo norteamericano, la segunda estaría más
alineada con los demócratas, habida cuenta del compromiso de Scioli con las
políticas de contención social encaradas durante el período en curso.
Al interior del kirchnerismo se proponen
varios candidatos que no mueven demasiado el amperímetro, algunos de los cuales
vamos a enumerar en orden de popularidad decreciente: Florencio Randazzo (Ministro de Transporte que carga con el mérito
de haber modernizado los ferrocarriles… al cabo de numerosas tragedias en el
sector), Sergio Urribarry
(Gobernador de Entre Ríos que se propone como fiel continuador de Cristina), Agustín Rossi (Ministro de Defensa,
ídem anterior), y unos pocos más que - dada su escasa llegada al electorado -
ni vale la pena mencionar.
Si imaginamos una “izquierda kirchnerista”,
advertiremos una inocultable competencia entre La
Cámpora (agrupación
juvenil que lideraría el hijo de nuestra presidenta, prácticamente resuelta a
perder en 2015 y jugar como fuerza opositora referenciándose en el Ministro de
Economía Axel Kiciloff, que hoy
juega como abanderado de la opción Patria o Fondos Buitres), y el Movimiento Evita (colectivo
multisectorial liderado por el Secretario de Economía Rural Familiar Emilio Pérsico, que acaba de lanzar su
propio candidato a presidir el país, el ex canciller Jorge Taiana, a partir de una construcción que viene compartiendo
espacios de militancia con la autodenominada “izquierda independiente”) La primera
variante carece de independencia de criterio y sentido crítico ante las
políticas en curso, y la segunda – de excelente relación con Scioli – aspira a
presionar al oficialismo desde adentro para llegar a 2015 haciéndose con una
buena cuota de poder institucional. Si
bien es cierto que, en caso de triunfar en las próximas elecciones, existen
posibilidades de que Scioli desconozca algunas supuestas conquistas de la
“batalla cultural”, difícilmente desmonte los planes sociales vigentes, ya que dicha política
responde a un dictado del Banco Mundial. El límite relativo del ex motonauta consiste
en que no reúne caudal suficiente para vencer sin aliarse por lo menos con una
importante franja del kirchnerismo, en la que - como ya dijimos - se encuentra
el Movimiento Evita, que en todo caso impulsa al menos desgastado de los candidatos
en danza. No obstante (y este es un aspecto clave que buena parte de la
militancia pretendidamente revolucionaria de Nuestra América se resiste a
considerar), el ex diplomático estuvo hace poco en Beijing, en la reunión post
G77+China, dedicada a profundizar lazos de "cooperación" entre dicho
país y el nuestro. Verbigracia, la matriz económica sustentada en el
agronegocio y la creciente gravitación del marxismo asiático de mercado en
nuestro continente son presupuestos avalados por casi TODA la clase política
del país.
Ante
semejante panorama, la militancia verdaderamente antisistémica impulsa
corrientes de opinión extra parlamentarias que denuncien tal statu quo, como ocurre con la Ley de Semillas, por ejemplo;
que no avanzaría tan resueltamente si el ejecutivo no estuviera consolidando su
prédica en favor de la coexistencia pacífica entre la economía agraria de
mercado (sojeros) y la pequeña y mediana producción familiar, cuando es claro
que uno de los nuevos paradigmas de este impiadoso capitalismo global consiste
en someternos a partir de doblegar nuestra soberanía alimentaria.
Vale decir que, a ojos vista - y dado que
la llamada centroizquierda es una “bolsa de gatos” y el trotskismo recién
emerge desde algunos sindicatos de base -, desde el punto de vista
partidocrático, en cualquier caso iremos para atrás y sin otra alternativa que
la lucha, desafío que nos enfrenta a asumir
la decolonialidad como madre de todas
las batallas, y eso - más allá de la legitimidad de todos los reclamos
sectoriales en curso - sigue exigiendo reconstruir
un Proyecto Nacional en falta, para remontar
una perspectiva de poder popular.-
Jorge
Falcone
Centroizquierda..?
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