LARGA CARRETERA CORSARIA :
DIARIO DE RODAJE EN ITALIA DEL DOCUMENTAL “EL
PROFETA”
Durante el verano de
1959, Pier Paolo Pasolini recorrió la costa italiana, desde Ventimiglia hasta
Trieste, al volante de un Fiat Millecento.
Un testimonio de dicho viaje consta en el libro “Larga carretera de
arena”, del fotógrafo Philippe Séclier, del que nuestro filme en curso toma referencias, invirtiendo el sentido de
aquel periplo. Porque aquí se narra el regreso del poeta hacia nosotros. Y vaya
si vuelve, que Italia y el mundo lo están redescubriendo, como lo demuestra la
reciente mega muestra montada en su memoria en el Palazzo delle Esposizioni; el
docudrama en curso a cargo de David Grieco (su viejo asistente en “Teorema”),
interpretado por Massimo Ranieri; o la ficción del ítalo-americano Abel
Ferrara, interpretada por Willem Dafoe, y estrenada en la 71° Mostra di
Venezia. Nos enorgullece formar parte de esa ola oportuna e imparable.
12/7: Debut en tierras del carnaval (con Eolo
jugando una mala pasada)
Asistente de Dirección y Director de
Fotografía
monitorean el registro del ingreso en vaporetto a San Marco
(Venecia)
A
primera hora del día reunimos la crew
en pleno frente al Albergo Nettuno de Milán, cargamos los equipos y partimos a
bordo de un Audi rentado hacia Mestre (la Venecia continental), a fin de hospedarnos en un bed and breakfast, y acometer nuestra
segunda escala, San Marco (la
Venecia insular)
A
continuación registramos el periplo acuático a dos cámaras (una frontal y otra
orientada hacia los laterales) Así comienza nuestra revisión de la vida y obra
de Pier Paolo Pasolini, desde el enclave en que tanto revuelo produjeran sus
polémicos filmes durante los festivales allí celebrados a lo largo de los años
60 y 70s.
Tras
grabar algunas panorámicas de la plaza central y sus callejuelas aledañas,
volvimos a nuestra residencia perseguidos por un feroz temporal. Allí nos
entrevistó la periodista Paola Brunetta, integrante del portal CineForum. El
imprevisto saldo de nuestra primera jornada de rodaje fue acopiar la
melancólica imagen de una ciudad que se hunde en las aguas, hoy enardecidas por
la tormenta.-
13/7: A la vera de la costa mediterránea (un par de horas
varados en la ruta)
Director de Fotografía y Director del
documental
capturan la fachada de la librería que aludirá a Pasolini como
escritor.
A
las 10.30 dejamos Mestre atrás para dirigirnos a la localidad balnearia de San
Benedetto del Tronto, en dicho trayecto nos aproximamos primero a la ciudad en
que nació Pasolini (Bologna) y luego a aquella en que lo hizo Fellini (Rímini,
cuna de filmes como “81/2” y “Ammarcord”) Media hora antes de llegar a destino,
nos detuvimos a fijar en el capó de nuestro vehículo la versátil cámara Go Pro
mediante cuyo lente gran angular grabamos el ingreso a la meta en cuestión,
procurando registrar letreros que brindaran referencia geográfica, desde el
comando por wi fi de nuestra cabina.
Arribando
al cabo de siete horas (!) a causa de un prolongado atascamiento vehicular, nos albergamos en el
Hotel Bologna, y acto seguido concretamos el registro de los primeros inserts previstos: La vidriera de una
librería, sobre la que aparecerá Pier Paolo leyendo alguna de sus poesías; el
frente de un establecimiento educativo sobre una de cuyas ventanas se impondrá
una imagen de Pasolini en su época de docente; y un coqueto boulevard que fundiremos con una
secuencia del film Las Noches de Cabiria, de Federico Fellini, ambientada en un
espacio semejante.
Culminada
la agotadora jornada, cenamos mariscos junto al mar viendo caer con hidalguía a
la Selección
Argentina en disputadísima final contra Alemania, y ante una
tribuna local de simpatías divididas.-
14/7: Hacia el sur de los ancestros (perseguidos por
la tormenta)
Director de Fotografía, Director del
documental, y Asistente de Dirección
registran el Cinema Margheritta que
aludirá a Pasolini como cineasta.
La
de hoy fue una jornada de viaje y confraternidad, porque teníamos por delante
un periplo matacaballos, de San Benedetto a Vallo Lucano, adentrándonos ya - a
través de Nápoles - en la región meridional que prefería Pasolini, a pesar de
ser septentrional. De tal modo que aprovecharemos esta crónica para describir los
talentos del equipo: Vale destacar que nuestra Productora Ejecutiva nos ha
abierto camino con singular pericia, toda vez que en cada escala del periplo
nos esperan albergues amables y prolijos, ha sabido resguardar el economato de
rigor sin privarnos de disfrutar la sabrosa y suculenta comida mediterránea y,
además, en esta oportunidad - acompañada del diario de viaje de Pier Paolo -
nos ha venido comentando las opiniones que cada escala de las que estamos
reproduciendo indujo al poeta y cineasta.
No
obstante lo expresado, antes de partir a destino realizamos un registro frente
al pequeño cine barrial Margherita (semejante al que utilizó Ettore Scola para
su película "Cinema Splendor") en cuya marquesina sobreimprimiremos
al polígrafo boloñés debutando en el Séptimo Arte, la torre de una capilla que probablemente
utilicemos a la hora de presentar a la madre del mismo, y un sector de la
campiña que encadenaremos con una secuencia del filme "La Ricotta "; allí
también hicimos captura de sonido (rural y urbano) La circunstancia se prestó
para poner en valor tanto el equipamiento técnico como la pericia que aporta
nuestro Director de Fotografía, cuya autoexigencia siempre supera las
expectativas puestas en él.
El
resto fue grabar diversos tramos del trayecto, incluyendo bellísimos paisajes
(soleados y lluviosos) mediante la cámara que viaja sujeta a la proa del
vehículo. Aquí corresponde ponderar la atención puesta sobre la ruta, las
habilidades al volante, y - sobre todo - el rendimiento de nuestro Asistente de
Dirección, cuya actitud proactiva constantemente lo lleva a brindar la
sugerencia justa para optimizar nuestra captura de imágenes. Con semejante
mancomunión de esfuerzos era lógico que esta jornada culminara brindando en la trattoria La Botte de la localidad de
Minori, en plena costa amalfitana, recorriendo alegremente callejuelas dignas
de Fellini... y retornando en estado de ebriedad al Hotel Sette Bello.-
15/7: Sobreviviendo a Nápoles (con GPS infradotado)
Director de Fotografía, Director del
documental, y Asistente de Dirección
acuerdan el encuadre del fresco de Sedile
Dominova.
La
de hoy fue otra jornada intensa y particular, porque la pasamos viajando, de
Minori a Castellammare, a través de
serpenteantes y estrechísimos senderos en altura... un par de ellos conducentes
a ninguna parte (merced a las recomendaciones de una itálica voz femenina más
perdida que nosotros) Antes de partir, registramos un bellísimo contraluz
marino a los efectos de sobreimprimir en él la figura de Guidalberto Pasolini,
el hermano partisano que murió en la resistencia antifascista. Al cabo
capturamos - nunca mejor aplicado el término... porque no les pedimos
autorización - imágenes de un grupo de niños jugando en la playa, para
relacionarlos con aquellos que otrora entrevistara Pier Paolo en su documental
"Encuesta sobre el amor" sin que atinaran a responderle cómo viene un
niño al mundo. Y por último nos llevamos el murmullo que las olas producen en
un sitio al que todos desearíamos volver.
La
siguiente escala fue Positano, que posee una playa aún más paradisíaca que la
anterior, rodeada de acantilados y antiquísima arquitectura. Allí registramos
la cúpula del templo que en nuestro periplo italiano más semeja a una mezquita,
edificación escasa en la península. Este se alza frente al mar, pero en una
laberíntica zona de urbanización vertical y difícil acceso. Hubo que acercarse
a pie, subiendo y bajando empinadas escalinatas que nos dejaron sin aliento.
En
camino hacia nuestra última cita del día, un bellísimo fresco estampado dentro
de una antigua sociedad de operarios en Sorrento, detectamos una iglesita que
simulaba un vitreaux pintado dentro
de una ojiva en relieve, y resolvimos que allí presentaríamos a Susanna Colusi,
madre del poeta boloñés, quien interpretara a su pedido a la Virgen María anciana
de "El Evangelio según San Mateo". La tarea culminó más adelante con
la grabación del citado mural, a fin de que funcione como contraplano del
insumiso pensador, quien interpretara a un discípulo de Giotto en su film
"El Decamerón". Pasamos la noche en el Hotel Europa del centro
histórico napolitano, al que el único miembro italiano de nuestro equipo - dada la sordidez de su entorno - definió como
"un bello posto in mezzo alla merda".-
16/7: En la segunda Patria del Diego (recibidos con
"Brasil, decíme qué se siente...")
Asistente de Dirección, Director del
documental, y Director de Fotografía
acuerdan el encuadre de las ruinas de
Terme di Baia.
Hoy
la troupe más laboriosa del Séptimo
Arte se permitió una tarde de esparcimiento... pero eso lo contaremos luego:
Todo a su debido tiempo. Desayunamos en Castellammare repuestos del trajín de
la víspera, y de inmediato pusimos proa a Pozzuoli, en procura de las ruinas
del Imperio Romano exhibidas en el Parque Arqueológico Terme di Baia. Se trata
de un complejo termal a base de aguas sulfurosas construido en el Siglo II A.C.
para goce de la aristocracia, e incluye templos de adoración a Diana y
Mercurio. Allí nos habíamos citado con un joven colega argentino conocido en
los festivales del Movimiento de Documentalistas - el realizador cordobés
Federico Molnar, autor del film "El Negro" -, a quien debemos el
prólogo del que estamos realizando, narrado a nuestro director al cabo de un
seminario compartido con el chileno Patricio Guzmán. Esta locación acompañará
nuestra cita del llamado a la
UNESCO que oportunamente hiciera Pasolini para que asumiera
la responsabilidad de preservar los muros de Sana'a, que el realizador boloñés
conoció filmando en Yemen del Sur. Allí también grabamos el cantar de los
pájaros y las cigarras. Terminamos la visita registrando un modesto caserío
vecino, que encadenaremos con aquel en que moraba Ninetto Davoli cuando conoció
al enorme intelectual que nos ocupa. Concluido tal registro fuimos por el Audi
en que circulamos y, cuando nuestra Productora Ejecutiva consultó "¿quanto costa?", se le
respondió "a piacere";
entonces ofreció cinco euros, pero el cuidador devolvió dos y exclamó "nooo... cinque e troppo!". Así es
Nápoles, y lo ratificó una vez más en trattoria
del puerto, donde reconociendo nuestro acento... ¡los dueños clavaron en los
altoparlantes el cantito con que nuestra hinchada relajó a la torcida brasileña
durante todo el mundial!
Durante
el fascinante trayecto en ferry continuamos registrando paisajes. Ya en aquella
isla donde en los albores de la década del 60 se filmara "Appuntamento a
Ischia", con Domenico Modugno y el dúo cómico Franchi-Ingrassia, nos
dirigimos al pequeño Cine-Teatro Excelsior, cuya programación se llevó puesta
la globalización, ya que se estrenaba la nueva entrega de
"Transformers". Pero no nos importó, porque nuestro plan es
sobreimprimir en una de sus vidrieras al inolvidable y adorado bufo local Totó,
interpretando para Pier Paolo a Fray Chichilo en el filme "Pajaritos y Pajarracos".
De manera que nunca mejor producido allí nuestro rescate de la cultura nacional
de este país que tan cálidamente nos acoge, ni tan apropiado el subtítulo del
filme que se exhibe ("L'era della stinzione"), toda vez que mediante
este tipo de afirmaciones es como ha de conjurarse el embate del capitalismo
salvaje.
Nuevamente
satisfechos con la producción del día, y muertos de calor, dejamos las maletas
en el Hotel Conte... y huimos a zambullirnos en las transparentes aguas del
mediterráneo, paletear sobre la arena, y más tarde a degustar la exquisita
pizza y pasta local, siempre coronada por la oferta de un lemoncello, cortesía de la casa. Los cinco estuvimos de acuerdo
acerca de que, en la sexta silla vacía, el autor de "El Evangelio según
San Mateo" cenaba con nosotros.-
17/7: Encuentro entre un joven novelista y un
cineasta consagrado
Asistente de Dirección, Director de
Fotografía, y Director del documental
se aprestan a ingresar filmando el
predio en que se alza el Hotel Savoia
donde alguna vez se hospedara Pasolini.
"Salgo del hotel. Llueve todavía
un poco. Estoy solo. Solo, y llevo a dar una vuelta a mis dos ojos, más
ingenuos y contentos de lo que hubiera creído. Solo: Yo e Ischia. Yo y miles de
cosas, de personas. Todo nuevo"; así
comienza Pasolini el capítulo "Aventura en Ischia" de la "Larga
carretera de arena" que estamos reproduciendo en sentido opuesto: Bajando
del norte industrializado al sur postergado. Tales palabras se le ocurrieron en
el aristocrático Hotel Savoia de Casamicciola, enclave de la subyugante isla
napolitana. No nos resultó fácil dar con el lugar, oculto como está ahora tras
la identidad del Elma Park.
" '¿Hay algún personaje?' , pregunto al
mastín que está al lado de la moto, con su gloriosa visera. Me mira, me sopesa,
brota la complicidad, si no guiña un ojo poco le falta, cambia la cara de
expresión, navega en un mar de sobreentendidos, llega a ser lo que
verdaderamente debe ser, rodando hacia el más bajo grado de la picaresca, que,
a fin de cuentas, es sublime. Con fabulación digna de Plauto, me murmura, como
ausente: 'Está el conde Visconti' "; sigue el poeta y novelista
boloñés, que aún no ha incursionado en el Séptimo Arte pero comienza a
entusiasmarle. Nosotros decidimos reconstruir su mirada extasiada al ingresar a
la mencionada villa termal. Optamos pues por un travelling in en punto de vista subjetivo (echando mano al steadycam de nuestro DF), como siempre a
nuestro estilo: sin solicitar autorización alguna y dispuestos a salir huyendo
si somos detectados.
"Mientras pienso las preguntas
para Leopoldo Trieste, Amedeo Nazzari, Mitry, Manfredi, Monlaur, y los actores
de teatro, levanto los ojos, y en el muelle de Casamicciola, junto a un tropel
de sidecars, veo solo a Luchino Visconti. Me levanto y voy hacia él,
llamándolo. Se vuelve: '¡Me habían dicho que me buscaba Pratolini!",
exclama. Después de días de silencio, al fin puedo hablar un poco", remata el futuro director primerizo de
"Accatone", en referencia al ya célebre realizador de "La terra
trema". El recuerdo de la escena descripta nos despidió de aquel
archipiélago de ensueño. A primera tarde encaramos pues el retorno en ferry a Pozzuoli, y al caer el sol
nuestra Go Pro (que despierta la sorpresa de incontables choferes y peatones)
ingresó a la Roma
de Fellini y los grandes neorrealistas, almacenando en su memoria ese paisaje
entre arcaico y cosmopolita, horas antes de filmar en el sitio donde el 2 de
noviembre de 1975 se consumó la mascarada de silenciar definitivamente a un
rebelde, atribuyendo ese crimen atroz a un alfeñique de 17 años.-
18/7: Mamma Roma (pisando la sombra de un rebelde) -
Fin de rodaje en Italia
Director de Fotografía, Asistente de
Dirección, Director del documental,
Productora Ejecutiva, anfitriona
Giussepina, y Asistente de Producción
en la trattoria
Al Biondo Tevere, ocupando la misma mesa
donde Pasolini y su supuesto asesino
cenaron la noche del crimen.
De
paso por la exhaustiva muestra sobre Pasolini que ofrece el Palacio de
Exposiciones de Roma, nuestra jornada final en Italia - falta reconstruir una
ficción cineclubística en Córdoba, Argentina - comenzó en las inmediaciones del
Coliseo, más precisamente en la Villa Celimontana (patrimonio cultural de esta
ciudad y del mundo) dada la semejanza del predio con aquel donde Pier Paolo
situó la acción de su film póstumo, adaptando un texto del Marqués de Sade a
los estertores postreros del fascismo mussoliniano, y abjurando simultáneamente
de la Trilogía
de la Vida
("El Decamerón", "Las mil y una noches", y "Los
cuentos de Canterbury"), ya que si en dicha saga buscó exaltar la fiesta
de los cuerpos en el mundo campesino, en su último trabajo denunció la
humillación de los mismos merced a la descomposición neo capitalista. Grabando
en la citada locación recibimos la gratísima visita del sonidista siciliano
Alessandro Lupó, socio de nuestro Asistente de Dirección en un proyecto de thriller en ciernes.
Por
la tarde registramos el periplo a lo largo de la costanera de Ostia que
realizaran en su velada fatal el joven marginal Pino Pelosi y el poeta boloñés.
Nos detuvimos precisamente ante el Parque Literario "Pier Paolo
Pasolini", modesto paseo cerrado que señaliza el sitio donde el talentoso
intelectual habría sido emboscado y luego masacrado, muy probablemente por su
constante vocación de denuncia de las grandes injusticias que sucedían en su
país y el mundo, labor que siempre desarrollara señalando a los responsables
con nombre y apellido. A no mucha distancia de allí, registramos una bellísima
puesta de sol sobre el mar, que servirá de pizarra para sobreimprimir nuestras
hipótesis acerca del caso en cuestión.
La
última escala del día fue la legendaria trattoria
Al Biondo Tevere, donde aquella trágica velada Pelosi y el director de
"Teorema" comieron juntos. Allí tuvimos la fortuna de dar con
Giussepina, la animosa señora que los atendió, quien gentilmente se sentó a la
mesa que reservamos (la misma en que cenaron ellos) y contó por enésima vez
todo lo que vio aquella noche, con calidez y emoción inaugurales. Más tarde la
invitamos a brindar con champagne de la casa y le obsequiamos una versión de
nuestro guión escrita en italiano y autografiada por todo el equipo. Así
culmina el primer tramo de este modesto aporte cultural que sólo aspira a
sumarse al aluvión reivindicativo que - tarde pero seguro - está mereciendo el
legado de nuestro homenajeado. Acaso la originalidad del mismo consista en
provenir de aquel Tercer Mundo en el que cifró su única expectativa de
redención de la Humanidad.-
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