tomarse la vida
A PECHE (*)
MARISAL DE ALEJANDRÍA
Anoche viajé con Alejandro
De Sio
a bordo de un carromato y
retozando
como dos campesinos
medievales,
cual Gargantúa y Pantagruel
acaso,
pero hablando de Proudhon
(aunque, de anarquistas,
nosotros nada)
Lo que ahora más recuerdo es
el sol y la alegría.
Mas tarde visité a Marisa Wagner,
también resplandeciente y
conviviendo
con un loquito manso
que la mima y la cuida,
ya nunca más a la intemperie
que acechaba a
las puertas del Bar “La Forja”,
cuando antes de abordar la
madrugada
en voz baja consultaba
“¿está en pareja el
compañero Maissa?”
Entonces - pienso –
quizá los compas habitan el
sueño y
no otra comarca sino esa
es nuestra Shangri - La,
nuestro Eldorado, Hiperborea...
Sonríen aún en la napa más
honda
de una conciencia que
abonará
el humus no sin antes
viralizar su memoria en
el afecto de unos cuantos.
Como supuso Ermanno
Cavazzoni
en Il poema de i lunatici,
su voz arriba desde el fondo
más profundo del aljibe
nuestro,
donde por fin ya todo es
calma,
apacible mañana, y se
ignoran
el desprecio y la bofetada.-
FATHERLAND
¿Cómo estamos hoy, papá?
¿Unidos o como siempre?
Se va la vida y deja atrás
tu rostro sobre mi espejo,
según pasan los años
va apareciendo el abuelo.
Te banco la buena fe,
pero - qué pena -,
ya está muy lejos
tu copa medio llena.
¿Te acordás de la palabra
"ruin"
semantizando mis macanas
con una erre que sonaba
casi como una frenada?
A medida que adelgazás
tu compañera se ensancha.
Este hijo, que aún respira,
imita tu honestidad
mas no le pega a las damas.
Hasta tiene bajo control
sus más violentas descargas.
Pero daría lo que no tiene
por fumar un porro contigo,
hacer las paces de una,
y volver a ser tu amigo:
No es fruto de mi desidia
la pampa que te abraza
sino de una convicción
profunda y americana.-
APOCALYPSE NOW
El día en que cundió la
alarma
el aire ardía en la
garganta.
La ciencia lo había
advertido,
la ficción profetizado.
No obstante asombró con
creces
ver flotar a tantos peces.
Hubo rayos en el mar,
el trópico vio nevar...
A pesar de tantas perlas
ninguno vio el collar.
Ni sonaron trompetas
anunciando ese final.-
SOLILOQUIO A LA QUE HORNEABA EL PAN
Hay cosas que sólo hablo con
vos,
mi entrañable Eva Gorñac,
parejera de humildes
primaveras,
sobreviviente
del largo invierno patronal.
Con vos, gorda,
que sólo contás
con un holgado sweater beige,
un gastado joggings aceituna y un par
de alpargatas color azul
para presentarte en sociedad
encendiendo un horno
embarazado de harina
de trigo presta a alumbrar
el pan del pueblo una vez
más,
gratuitamente como el barrio
sabe
que es tu manera de amar,
vos que - como yo -
a menudo no tenés con quién
charlar
a corazón abierto para
interpretar
los desafíos que la Historia ofrece.
Hablo con vos porque conozco
tu estirpe de hembra bagual
curtida en barro y
solidaridad:
No es fácil distinguir la
obesidad
de la hinchazón de Patria
que te hace caminar
junto a los morochitos que
alimentás.
Por eso te hablo sin ocultar
la furia,
acumulada viéndote fumar,
fumar...
para enterarme luego que
justo vos
tirás la toalla en una
prefabricada
adonde nadie te va a
visitar.
Cómo no hablarle
entonces
a esta foto que siempre
tengo a mano
alimentando un odio que
construye.
No soy un solo, Eva,
soy bestia aluvional.
Y ya no puedo soportar
el show de la tilinguería,
la impostura nacional y
popular
cacareada desde una banca
que, aún en la zozobra,
ya tiene asegurado un buen
pasar.
Me empecino pues en no
descarrilar
desde esta ochava de la
suerte que nos toca
quemando viejas fórmulas en
la pira
que me abriga mientras intento averiguar
los nuevos paradigmas de una
vieja lucha,
su emergente sujeto social,
la máscara más flamante
del enemigo ancestral.-
A mi hermana Mabel Sampaoli,
a l@s compas de Barrio Elizalde.
YA VISTE EL MAR
Ya viste el mar,
hijita de mi hija,
ya te mojó su sal,
diminuta andarina.
Ya viste el mar,
- andá sabiendo -
él es un animal
que crece y se alimenta.
que crece y se alimenta.
Ya viste el mar,
cuna de las especies.
La arena en que jugaste
también fue ser viviente.
Ya viste el mar.
Pido que lo recuerdes,
que siga allí,
y que cambie su suerte.-
JORGE FALCONE
(*)
El título de esta
antología, estimad@ lector/a, combina la expresión popular “tomarse la vida a
pecho” (en serio), con un tácito tributo al entrañable poeta, intérprete y
amigo Peche, que pasó por ella rauda e intensamente. En efecto, Hugo “Peche”
Estévez, fue un talentoso autor y
cantante reconocido por los aires nuevos que le dio al tango como líder del
grupo Buenos Aires Negro (http://www.youtube.com/watch?v=_-bmHmEYOlg) Murió a
los 48 años, en un trágico episodio doméstico. Pelilargo, flaco e imponente a
la vez, se abría la camisa, escribía y cantaba como vivía: siempre al límite,
con una voz lastimosa y dulce a la vez. Porteño y padre de tres hijos, Estévez
fue el motor de esa apuesta musical que urdió en 1997 junto al trompetista
Ricardo Culotta para dotar al tango de una sonoridad poderosa y de una lírica
rabiosa. Desde una cuerda de vientos, pero también con batería, bandoneón y guitarras,
el conjunto caminó el under porteño para exhibir una nueva síntesis estética
capaz de incomodar, despertar y proponer. En 2000 concretó su debut
discográfico con Turra vida, un trabajo que contiene piezas que merecen
integrar una antología ciudadana de estos tiempos, como “El resentido”, “Buenos
días Buenos Aires” y “Tren”. Sin detener su trajinar por escenarios formales y
festivales diversos, se burlaba de las etiquetas: “No me importa si lo que hacemos es tango o es rock. A veces digo que es
tango para enojar a los que se creen sus dueños, pero elijo que mi disco esté
en una batea de rock. Ahí van los jóvenes, que son los que me interesan”.
Para graficar su postura (y la de su banda) frente al mundo, señaló en 2009: “Lo nuestro tiene el gusto de acá porque uno
vive acá, y si resulta extraño o particular es porque la mayoría de las bandas
tocan y cantan como si estuvieran allá y miran el mundo parados allá. Cada uno
se para donde quiere. Yo estoy en el Río de la Plata, tengo los pies descalzos en este barro y
miro el mundo desde acá, entonces qué voy a contar si no es lo que veo todos
los días”. Por aquel año, Buenos Aires Negro llegó a su segundo disco,
titulado Sol de Once, donde Peche se dio el gusto y el lujo de contar con la
producción del ya mítico Chango Farías Gómez. Estos textos han sido concebidos
"mateando con Pechito". Para extrañarlo menos, carajo.-
Atención: Quien
desee recibir la presente antología por correo electrónico puede enviar su
dirección a este blog para integrar
nuestro mailing de distribución, a concretarse el próximo mes de
noviembre.-
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