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Acaso hallen algo interesante en él quienes mantienen un compromiso de vida con la justicia y con la belleza.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Adelanto de “Cacería de gorriones”

Una nouvelle sobre estrategias de supervivencia

 

PRÓLOGO



El avecita parda hunde su pico en los resquicios de un nudo del alambre-púa. Cualquier resto orgánico será parte de su almuerzo. Al cabo de un significativo esfuerzo, se rinde. No se halla alimento en cualquier sitio. Ahora otea el caserío lindero sin entusiasmo y, de pronto, estalla silenciosamente, en un sinfín de plumas dispersas que caen flotando, tomándose su tiempo, como si fueran el eco visual de su dueño.

Un niño de alrededor de siete años baja su gomera victoriosamente. Tiene el rostro encendido, como quien disfruta de una secreta ovación. Diminuto en su patio de tierra, se desentiende de la presa y comienza a pesquisar en busca de la siguiente. Entonces lo ve acercarse. Frunciendo el ceño para neutralizar la resolana, con esos cabellos dorados y fastidiosos que se rebelan sobre su frente. Alzando trabajosamente la zurda, escasamente móvil, en un remedo de saludo familiar que no será retribuido. Sujetando con la diestra un attachée Primicia algo desvencijado. Los pantalones bolsudos le tiemblan con la brisa. Trae unos zapatos de clown gastados y cubiertos de polvo. “Ese puto vendedor del centro”; piensa el pibe. Y el tipo arranca.

_ ¿Qué hacé, campión? Corré a decirle a tu viejo que le conseguí un descuento en el Plan A de cobertura médica… ¡No! Pará. Decíle nomás que le tengo una sorpresa. Qu’está el Henry y que trae buenas noticias… Eso solo decíle. Andá.

El chico se demora disimulando su incomodidad. Conoce de sobra la respuesta que lo espera dentro de la casilla. El Henry esta de buen humor. Hace mucho que no vende pero hoy consiguió puntas nuevas. Y piensa que por ahí cambia la suerte. Inspecciona la modesta barriada convencido de que jamás echaría raíz en lugar semejante. Entonces el chico vuelve visiblemente molesto. Se demora en soltar el recado de sus mayores, como quien junta saliva para un escupitajo inapelable.

_ Dice mi viejo que le deje de romper las pelotas. Que no lo quiere volver a ver. Que ya le dijo.

El gesto del Henry se descompone. Trata de buscar otros argumentos pero el chico ya no está a la vista. Se retira puteando, con paso cansino. Baja la cabeza cuando cruza un camión del Ejército Argentino que pasa levantando polvo. Y se pierde en sus cavilaciones.

Alguien bate palmas enérgicamente ante la vivienda del verdugo de gorriones.

_ ¡Oiga, diga, no entendió lo que le dij…!; el niño sale dispuesto a volver a echar al cargoso. Y se congela ante el soldado que lo llama exhibiendo un papel.

_ Tomá, dále a tus papis de parte de las Fuerzas Armadas.

El pequeño desaparece velozmente en procura de algún mayor. Y al rato emerge un hombre morocho y robusto, en musculosa y pantalón pijamas, ordenándose el cabello.

_Diga, oficial…

_Esa planilla que le dejo proporciona datos a tener en cuenta para detectar a un subversivo. Ya sabe lo difícil que está la cosa… Una información aparentemente insignificante puede evitar una tragedia. Abajo están nuestros teléfonos, disponibles las veinticuatro horas. No dude en colaborar, maestro. La Patria está en peligro y la tenemos que salvar entre todos.

El militar hace la venia y gira sobre sus talones sin esperar respuesta. El hombre de la casilla permanece mudo e inmóvil, contemplándolo repetir esa rutina en el resto del caserío. El chico imita a su padre. Pero aferrado al pantalón pijamas. Y oculto detrás.


JORGE FALCONE
Googlear por título a partir de 17 de noviembre, Día del Militante.-





1 comentario:

  1. Belleza y fuerza, cuan Carpani o el gran Favio. Está muy bien que no haya comentarios, generan silencio los malditos...pero esta Esquina, ojalá, esté siendo muy visitada. Yo vuelvo pronto. Cuesta un poco llegar, Google no tiene un directo, vió? Gracias, siempre, por tu palabra justa! http://www.youtube.com/watch?v=WGNC33IFqRE Abrazo. Laura G.

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