LA LEY Y LA TRAMPA
“Cada
vez queda más claro que el capitalismo de nuestros tiempos funciona en un doble
carril.
Por
un lado, tenemos la sociedad formal, y por el otro crece una sociedad paralela.
Mientras
que la economía ‘legal’ entraba en crisis, la del lado oscuro se multiplicaba,
acomodándose en algunos rubros de la ‘legal’ pero con modos más rentables”.
María
Esther Ceceña,
(Miradas
al Sur,
febrero
2015)
El desafío de
analizar el mundo desde un pensamiento situado
Para mejor inteligir las complejidades del “malestar en la
cultura” nostramericana de estos tiempos se torna imperioso revisar los
vigentes aportes de uno de sus más brillantes intérpretes, el filósofo
abyallalense Gûnther Rodolfo Kusch.
Su presupuesto básico es no pensar el ser del ente o el ente en
tanto ente, según la propuesta clásica, sino la sabiduría popular de Nuestra
América, sobre todo a partir del hombre simple, del hombre del pueblo
desatendido o marginalizado. El sabio intenta así la elaboración de una filosofía
de la identidad; el resto, como la filosofía de la liberación, es política
según sus dichos.
Su objetivo filosófico es “pensar lo propio desde América” y la
posibilidad de un pensamiento propio está encarnada en el pensamiento popular.
De tal forma, el pueblo es “el lugar filosófico” desde donde se realiza y se
resuelve la genuina pregunta filosófica. Todo pueblo, entonces, se manifiesta
en dos niveles: Uno, el suelo que como límite inferior es el molde que tiene
los símbolos de una cultura, que contempla dos aspectos a) como fundamento “no
se puede caer más” y b) como arraigo “el medio donde se echan raíces”. Y dos,
la cultura como horizonte simbólico.
Este presupuesto de un pensamiento
situado, con gravitación propia, servirá como punto de partida para poner en
cuestión el desolador escenario dual que el capitalismo salvaje va diseñando en
la región que habitamos, donde el sistema legal conocido exhibe una inocultable
insuficiencia para reciclarse, aún desde las reglas de juego demo-liberal
electorales propuestas por sus padres fundadores, puestas ahora ante la
imperiosa necesidad de habilitar una sociedad paralela a la que aún adscribimos
confiando nuestros hijos al sistema educativo formal, pagando impuestos, o delegando
cualquier cambio en un elenco vitalicio de políticos profesionales.
La capitulación del
Estado
La
existencia de una Internet Profunda
y de acceso selecto - donde se trafican drogas sintéticas, pedofilia, o
sicariatos - bastaría para describir la oscura base de una pirámide social que
coexiste con el vértice que nos es dado percibir a diario. Pero tal como ocurre
con el cuerpo humano, en el social las infecciones también se ponen en
evidencia mediante inflamación. En consecuencia, de tanto en tanto advertiremos algunas situaciones límite
capaces de visibilizar esa suerte de inframundo paralelo al evidente.
El caso
de los 43 normalistas secuestrados y ejecutados en la ciudad azteca de Ayotzinapa es un claro ejemplo de la
idea en cuestión.
Una de
las hipótesis al respecto es que los señores del narco en colaboración con las
autoridades locales, policías y un presidente municipal vinculado a los
Guerreros Unidos (*) - que milita en las filas del Partido de la Revolución
Democrática -, no están dispuestos a tolerar otro grupo armado en la región, es
decir el ERPI (Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente), una guerrilla
que (dicen) reclutaría sus cuadros en los Institutos de Enseñanza Normales.
Según esta hipótesis, el ataque, asesinato y desaparición de los normalistas
habría sido un “mensaje” del narco-estado
a la guerrilla. El saldo de aquel horror hoy asciende a 6 muertos (uno
de ellos, desollado), 5 heridos de gravedad (dos al borde de la muerte) y la
desaparición forzada de 43 estudiantes, un presidente municipal en fuga, un
gobernador al filo de la navaja, un palacio de gobierno en llamas, un
Presidente de la Nación terriblemente cuestionado ya no solo por los mexicanos
sino además por la comunidad internacional y algunos de esos elefantiásicos
organismos que - como la ONU - se han pronunciado con fuerza sobre el “caso”. El
saldo sigue creciendo y creciendo, sin control, sin que aparezca un gesto o
algo que medianamente se vislumbre como estrategia de contención, ya no digamos
de voluntad política de esclarecer y aplicar justicia.
Cómo nos afecta a
nosotros, americanos del sur, la metástasis continental de un doble poder, hijo
bastardo del capitalismo conocido, y dispuesto a valerse de procedimientos
ajenos al orden constitucional…
Un ejemplo flagrante
es el de la provincia argentina de Santa
Fe: En todo el territorio rosarino existen diversos barrios carenciados. En
el segundo semestre de 2012, el Indec publicó un índice de pobreza del 4,5 en
la ciudad. Entre dichos territorios, los más afectados por el negocio del
narcotráfico son: Ludueña, en zona noroeste (barrio célebre porque allí actuara
- y fuera asesinado en diciembre 2001 - “Pochito” Lepratti, popularmente
conocido como “El Ángel de la Bicicleta”); Tablada, Nuevo Alberdi y La Granada,
al sur; y Las Flores, en el centro de la ciudad. En algunos barrios se sabe
quién manda, pero otros no tienen dueño. Cuando
se verifica la existencia de algún liderazgo, la conducta social se ordena y
disminuyen las muertes.
El vecindario afirma
que en esas zonas cada vez hay más presencia de kioscos, casas precarias donde
se vende droga, que suelen poseer dos pequeñas ventanas: por una se entrega la
mercadería y por otra se recibe la plata. Muchos vecinos saben dónde están ubicadas,
pero por miedo no dicen nada. Estos bunkers suelen pertenecer a distintas
bandas que se disputan territorios de manera violenta y en ese momento es
cuando llegan las muertes, ya sea de miembros de los grupos armados, cómplices
de otros sectores del poder o víctimas que se cruzan en el camino. Según el
Ministerio de Seguridad Comunitaria de la provincia, el narcotráfico se va
adueñando de los barrios y genera contextos de miedo y violencia.
A simple vista, todo
parece muy organizado, pero diversos periodistas locales abren otro panorama: “No hay bandas al estilo del Cartel de
Sinaloa (México). En los medios nacionales, Rosario se vende como si fuera
México pero no está muy organizado el asunto. Hay mucho imprevisto”. Ellos
afirman que la red de comercialización y seguridad con los “soldaditos” es lo
más establecido. “Es que a los
adolescentes y preadolescentes les ofrecen entre $ 150 y $ 300 por día y un
arma. Entonces, los chicos dejan todo y se ponen a trabajar para marcar
reclutas, atender los kioscos o ser buchones, es un caldo de cultivo de chicos
que ni estudian ni trabajan. Son de tercera o cuarta generación de hijos de
padres que no han trabajado y la única expectativa de vida se la ofrecen los
narcos”. Cualquier semejanza con la brillante serie “The Wire” (foto que encabeza este artículo) no es pura
coincidencia.
Un periodista
local de reconocida participación en los medios televisivos y radiales de
Rosario explica las razones de este escenario: “No es algo nuevo. Se viene gestando desde hace varios años. Ningún
funcionario lo va a reconocer, pero hubo una especie de retirada del Estado de
los barrios. Y muchas veces los capos de las redes narcos terminan ocupando un
lugar que se dejó ausente”.
Cuando el capitalismo
terminal toque a tu puerta será demasiado tarde
En el enclave semi
rural bonaerense de quien escribe estas líneas, aguzando la percepción, son
detectables los primeros atisbos de la configuración social hasta aquí
descripta. En efecto, el ratero de la cuadra - hoy en cautiverio - posee una
hermana que, harta de conchabos efímeros, hoy tienta suerte en la Escuela de
Suboficiales de Policia “Juan Vucetich”, donde suele recalar para salir de
pobre más de un pibe hasta ayer rollinga. Mientras la situación se resuelve, su
hijo se droga a plena luz del día y a menudo saquea el material de construcción
de vecinos que viven a dos casas de la suya. Paralelamente, el hijo del
remisero transa del barrio ya viste uniforme y patrulla las calles donde se
fumaba. Hasta el simpático despachante de la rotisería local cambió su sonrisa
por un gesto adusto, una pistola reglamentaria, y un par de borcegos; y ahora
acostumbra referirse a sus antiguos conocidos civiles utilizando fórmulas tales
como “ustedes ni se imaginan la
amenaza que enfrentamos a diario”. Por último, el paranoico e insomne
policía jubilado de la esquina -
sospechado por algunos de promover consumos non sanctos - arriesga opiniones con calibre de guerra sobre los
más pequeños integrantes de esas familias en vías de disgregación: “Esos pendejitos ya no tienen solución”. “Civilización”
y “barbarie” pues, conviven en nuestro entorno, a menudo apenas delimitadas por
el magro cauce de un riacho que encuentra en una orilla a una familia de cacos
reducidores de autopartes y en la otra a una de trabajadores decentes que
sobrellevan una tensa convivencia tanto con los irregulares como con las
“fuerzas del orden” a los efectos de que el predio de su propiedad no se
convierta en zona de libre tránsito…
Así, mientras desde hace más de una década celebramos
la instauración de los Derechos Humanos como Política de Estado, en “el lado
oscuro de la sociedad” los mecanismos de autorregulación de este capitalismo
dual, cada vez más aceitados, arman la
mano del pobre integrado contra el pobre que no corrió tal suerte, sea este
amigo o pariente.
¿Desde qué concepción
y espacio político cabría pues enfrentar con urgencia el fenómeno descripto?
Dicen que “lo pequeño se hace grande cuando lo grande no existe”. Y, en rigor
de verdad, no existe en la Patria un Modelo Nacional de largo aliento para
encarar las impostergables transformaciones que el presente impone, desde que
el Tte. Gral. Juan Domingo Perón Sosa formulara el suyo cuatro décadas
atrás. Vale la pena apostar por que una nueva generación de argentin@s advierta
a tiempo semejante vacancia, recoja aquel “manuscrito arrojado hacia el océano
del futuro” y - adaptándolo a los tiempos que corren - ocupe el sitial que la
Historia reclama a gritos.-
(*) Organización criminal que opera en el estado mexicano de Guerrero y Morelos.
El grupo fue fundado en el año 2008 por Cleotilde Toribio Rentería - alias El
Tilde -, el cual, presuntamente, colaboraba como miembro del grupo de sicarios
comandados por Édgar
Valdez Villarreal
- alias La
Barbie (basado en la muñeca estadounidense con el nombre del criminal nazi Klaus
Barbie) -, dando inicio a una guerra interna por el control de Guerrero.
A la memoria de Lilia Ferreyra,
compañera de vida de Rodolfo Walsh.
JORGE FALCONE
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