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martes, 31 de diciembre de 2013

Apuntes para un balance del “mejor de los sistemas conocido”



30 AÑOS DE DEMOCRACIA 
NO FUERON SUFICIENTES 
PARA ERRADICAR LA MISERIA





























Los cambios producidos mostrarán en este nuevo siglo un capitalismo mundial con otra modalidad de acumulación y producción, que presenta zonas grises en relación a la clásica diferenciación entre países industrializados y de producción primaria. Con zonas centrales de relativa desindustrialización y otras periféricas recibiendo inversiones industriales con tecnología de punta, las corporaciones rearman sus estructuras a nivel mundial. En ese proceso van desarmando los Estados “del bienestar”, sometiendo a las economías a sus lógicas de acumulación internacional, y avanzando en la apropiación gigantesca de recursos, sectores, mercados y países, en manos de un puñado de bancos y de grandes grupos económicos. Este proceso presenta graves peligros para la humanidad y serios límites para el capitalismo como sistema.

Luis Laferriere
El Diario / Domingo 15 de Diciembre de 2013

Una conmemoración que pasa por alto la crisis estructural del país y sus funestas consecuencias

El 10 de diciembre próximo pasado la República Argentina conmemoró tres décadas de vigencia del orden constitucional. Como si dicho período siguiera varado en una suerte de transición interminable, el acto central que lo celebró tuvo el mismo carácter autista que los fastos del Bicentenario: Un show animado por figuras de la música nacional contemporánea generosamente remuneradas; un elenco estable de asistentes oriundos de la metrópoli y el conurbano (contingente social que alimenta la consabida “postal turística” que el multimedios estatal denomina “masiva concurrencia”) repartido entre adherentes y curiosos; y una única oradora, ya sin luto pero siempre admonitoria.

Este cronista no pasa por alto que el calentamiento global, fomentado - entre otros factores - por los residuos gaseosos de las empresas empeñadas en abaratar costos ahorrando todo tipo de recaudo en materia de seguridad industrial, en esta época del año incrementa el consumo de electrodomésticos, lo que acarrea como consecuencia el colapso de las usinas, el corte de fluido eléctrico por tiempo indeterminado tanto en hogares humildes como de clase media… y que los damnificados más impacientes tienen por costumbre cortar las carreteras del país en procura de hidratación, higiene, y gambeteo de enfermedades evitables, toda vez que la Aldea Global - como es de público conocimiento -  depende de un simple corte de luz capaz de devolvernos a pretéritas eras pre civilizatorias de la humanidad.

Tampoco ignoramos que un agente del orden no es cualquier trabajador, sino más bien un empleado estatal armado por sus patrones para preservar la propiedad privada regulando la disciplina social, y que cuando aumentan los riesgos a los que se expone - producto de una inseguridad incrementada por el modelo de exclusión social -  cuenta con una herramienta de coacción contra sus empleadores tan eficaz como lo es desguarnecer el espacio público dejándolo a merced de hambreados y pescadores de río revuelto, ni mucho menos disimularemos el hecho evidente de que en países hermanos de la región estos alzamientos de la fuerza pública han sido capitalizados por el Imperio, siempre dispuesto a ahogar el más módico esfuerzo emancipatorio de nuestros pueblos.

Ni siquiera omitiremos que los saqueos que de un tiempo a esta parte se multiplican hacia fin de año son terreno fértil tanto para legítimos desesperados como para aventureros de toda laya, lo que no obsta para refrescar el detalle de que el último eslabón de la cadena social no arriba a semejante instancia despojado apenas de bienes materiales tan imprescindibles como comida, ropa, o acceso a la salud… sino también drásticamente privado de ingresar a los paraísos artificiales que promete la mejor tarjeta de crédito, el más poderoso smart phone, o ese LCD que ahora incluye anteojos para 3D, lo cual ubica a ese periodismo amarillista afecto a argumentar que “roban plasmas en vez de comida” entre la condición de soberanos pelotudos y la de reverendos hijos de puta.

Ocurre que la fragmentación con que se administran las noticias genera niveles de alienación que neutralizan la capacidad de sus consumidores para desarrollar una visión integradora de las mismas. Cuando un anciano es internado por tiempo prolongado a causa de una dolencia, a menudo se producen reacciones en cadena que agravan el cuadro original; ningún médico duda en diagnosticar en esos casos que se trata de una complicación  sistémica. El pensamiento estratégico alguna vez aplicó estos criterios al análisis político, evitando la tentación de aislar la consideración de cada hecho. Sin embargo, por citar un ejemplo recurrente, se ha naturalizado recibir con alarmante frecuencia noticias acerca de la irrupción de francotiradores o masacres escolares en la sociedad norteamericana sin que los comunicadores sociales describan dicho fenómeno como un hecho sistémico. Es más, la costumbre es singularizarlo a la sobreabundancia de sicópatas, diagnostico que por otra parte tranquiliza más a la opinión pública. En consecuencia, el irrespirable clima del verano en curso, inaugurado con Alerta Rojo, “sorprende” por inédito a las autoridades del Ministerio de Planeamiento que no atinan a bajar de inmediato el riesgo de muerte de la población… y el periodismo cubre la noticia fritando un huevo en una boca tormenta del microcentro o relevando el abastecimiento de agua mineral en los kioscos… pero nadie asocia semejante fenómeno a la sorpresiva irrupción de palometas en las costas de Rosario (¿para no llevar más alarma a la opinión pública?)

De manera que, ante semejante contexto de dificultades inherentes al sistema capitalista al que los sucesivos gobiernos del período en cuestión se han empeñado en lavar la cara, los discursos laudatorios de “la década ganada”, cacareados sobre más de una decena de cadáveres tibios de vecinos asesinados en su mayoría por el comerciante del barrio, convierten a sus contumaces adherentes en habitantes del País Matrix, ese minúsculo territorio real-virtual físicamente circunscripto al microcentro porteño, y mediáticamente  sostenido por la prensa oficial… mientras el elenco estable de la democracia colonial continúa sobreseyéndose mutuamente de cualquier delito, como acaba de ocurrir con las coimas en el senado delarruísta, que según la Justicia no existieron.

Crece el bolsón de argentinos relegados por una matriz productiva que aún no ha sido masivamente puesta en debate

En tanto, buena parte de la militancia juvenil florecida en los últimos años sigue valorizando los discursos y las expresiones de deseo del poder por encima de la matriz productiva - basada en el agronegocio y el extractivismo - sobre la que este se sostiene.

El desierto verde de la soja sigue avanzando sin prisa y sin pausa sobre toda zona fértil del país, arrojando poblaciones originarias y campesinos pobres hacia el hacinamiento de las grandes capitales, donde serán recibidos por otra funesta consecuencia del modelo vigente: El boom inmobiliario de las torres y los countrys destinados a esa ciudadanía VIP en condiciones de financiarse el auto rescate de la polución ambiental y social, esta última compuesta por l@s argentin@s que sobran, compatriotas con valor de resaca, en su mayoría destinados a cerrar el círculo del delito cuentapropista a ser faenado por el gatillo fácil. 

De un tiempo a esta parte se ha naturalizado cantar loas a la generación del 70… pero a distancia prudencial de remontar sus más caras utopías. Sin ir más lejos, abundan quienes, pretendiendo ubicarse a la izquierda del espectro político, pasan por alto un debate tan crucial como impostergable: Aquel que debería poner en cuestión al salvaje sistema capitalista imperante y todas sus variantes “democráticas” de alta o baja intensidad, haciéndose eco de las experiencias más avanzadas de la región, que proponen debates tan valiosos como el Estatuto del Buen Vivir, o el Socialismo del Siglo XXI, y mecanismos institucionales de nuevo cuño, ampliatorios de la representación social parlamentaria, como las Asambleas Constituyentes. 

Perspectivas del campo popular en el año que se avecina

El arco político popular en resumida síntesis se compone de las variantes más populistas o conservadoras del neo desarrollismo en el poder, de nuevas alternativas socialdemocráticas constituidas por reciclajes de la segunda mayoría nacional o variantes de coaliciones progresistas que dilapidaron su oportunidad histórica sepultada durante el Argentinazo de 2001, de un flamante frente de izquierda que crece a expensas de numerosas luchas sindicales de carácter antiburocrático, y una bisoña confluencia de la autodenominada izquierda popular independiente que este año se arriesgó a participar del proceso electoral haciendo un papel más que decoroso.

Inflación mediante, y dispuesto el movimiento obrero a perforar todo techo paritario impuesto, 2014 promete ser un año de gran conflictividad social, lo que amenaza con consumir vertiginosamente el capital político de cuanta alquimia institucional se le ocurra a un gobierno que hasta ahora no ha dejado de “sacar conejos de la galera” a fin de oxigenarse. Las demandas básicas que van tomando cuerpo entre los sectores más postergados podrían sintetizarse en la siguiente enumeración:

Salario mínimo vital y móvil de $8.000 extendido a los trabajadores de los  estados provinciales y municipales

82% móvil para los jubilados

No más despidos ni suspensiones

Sería de esperar que la emergencia de sectores rebeldes en el parlamento  incluyera también la renuncia a todo tipo de dogma y sectarismo al interior del campo popular, a los efectos de evitar que tan auspiciosa novedad vuelva a sucumbir ante ese bipartidismo crónico que ha demostrado con creces carecer de soluciones a la hora de construir una Patria para tod@s.-

JORGE FALCONE













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